¿Te has notado sin energía tras reunirte con un compañero de trabajo? ¿Tienes personas a tu cargo y algún trabajador te habla solo de problemas? ¿Sientes que una relación te está dañando?
Hay personas que parecen vampirizarnos la energía. Transforman nuestra ilusión por un tema en pesimismo y falta de ganas. Son contactos de los que salimos con un intenso desgaste emocional. Están indistintamente en la familia, el grupo de amigos y el trabajo. Personas que llamamos tóxicas porque en nuestra relaciones con ellas nos sentimos así: intoxicados.
Y así me sentía yo, efectivamente, intoxicada, desconcertada y ninguneada por una jefa tóxica que tuve (y que conté ya en este post). Y así te sientes tú también a veces en tu relación con algunas personas que están limitando tu vida y tu trabajo.
pero… ¿existen las personas tóxicas?
¿Hay gente dañina que disfruta del mal ajeno? La respuesta profesional desde mi rol de psicóloga es que no, que no hay “personas tóxicas” sino personas con actitudes tóxicas. Sin embargo, a nivel personal te diría que sí, que existen, que yo sufrí una y que tú probablemente también la sufriste o estas ahora en ello.
Después de profundizar durante más de una década en este tema te diré que tengo una noticia mala y dos buenas. La mala es que la relación tóxica que sufres es, en parte, responsabilidad tuya. No la iniciaste, no la deseas, pero sin saberlo la estás alimentando. Las dos buenas son que tienes el poder de cambiarla y que puedes aprender cómo. Sólo necesitas seguir unas pautas.
La primera pauta es saber identificar que te encuentras con una actitud tóxica que te está dañando. Si no lo haces así probablemente sufrirás sin darte cuenta de un gran daño emocional, como el que se va ahogando en sueños ante un escape de gas.
¿Cómo identificarlas?¿Cuáles son las actitudes tóxicas?
Las «personas tóxicas» no fastidian por placer (o casi nunca). Tienen otro objetivo: eludir una responsabilidad, conseguir tu atención o alcanzar otro beneficio. Hacerte sufrir no es su deseo, sino una consecuencia. Después de muchos años investigando he visto que hay ciertas actitudes manipuladoras que tienen un efecto realmente dañino en las personas que las sufren:
- Egocentrismo: Cuando la persona se hace protagonista de cualquier tema, sea porque ha dormido peor que tú o su éxito sea mayor que el tuyo. Para bien o para mal lo suyo es más importante: «Eso no es nada. Espera que te cuente…»
- Victimismo: Mensajes de «yo no sabía», «lo han dejado así los del turno anterior» o «yo sólo he hecho lo que me has dicho» son la cara visible de personas que eluden todo tipo de responsabilidades.
- Persecución: La actitud de echarle la culpa de cualquier problema a quién sea. Cero autocritica. Todo el mundo hace mal todo: «¡La culpa la tiene Pepe!»
- Pasividad: Falta de energía y proactividad para emprender acciones que se traslada y contagia provocando pasividad en las personas con las que se relaciona: «¿ya te merece la pena ponerte a hacer eso?»
- Pesimismo: Visión negativa de las expectativas que lleva a una persona a focalizarse y hablar anticipando obstáculos y destacando los problemas: «Eso no va a salir bien»
Actitudes tóxicas en la empresa ¿Qué hago?
Es posible que en tu entorno de trabajo haya actitudes de estas y te hayas notado sin energía tras reunirte con ese compañero de trabajo o tengas personas a tu cargo que manipulan, critican o se victimizan. Si es así, seguramente te será muy útil aprender claves para poder afrontar esas actitudes tóxicas y traer a tu vida y tu trabajo relaciones nutritivas y un ambiente positivo.
Cuando empecé a profundizar en este tema parecía que había un consenso de todos los profesionales alrededor de una misma pauta única y definitiva: «aléjate del la persona tóxica». Desde luego se mostraba infalible y en muchos casos posible: puedes dejar de quedar con esa amiga que lo critica todo, rehuir a tu cuñado cual escapista y hasta divorciarte de una pareja dañina, pero ¿como compañero?, ¿y si la persona tóxica es tu jefa o es un socio de la empresa?
Las normas de juego de la empresa son distintas y no siempre vas a poder alejarte de la persona tóxica. Por eso se necesitan estrategias paso a paso y herramientas prácticas específicas para identificar y poder afrontar cada patrón tóxico en el entorno de trabajo.
Habitualmente trabajamos estas estrategias y herramientas en los talleres desde dos enfoques: el primero, el enfoque de lo que puede hacer una persona con rol de líder o capacidad de tomar decisiones en el equipo u organización, el segundo, el enfoque de lo que puede hacer la persona a nivel individual, en la relación interpersonal y como compañero de esa persona con actitud tóxica.
Debemos aprender, practicar y elaborar un plan de trabajo si queremos afrontar las actitudes tóxicas de una manera efectiva y práctica. Esto se puede hacer y tiene resultados. Te ánimo a que lo intentes. Si quieres ver cómo trabajo yo y aprender algunas herramientas imparto algunos talleres próximamente (pongo enlaces de próximas convocatorias en la parte inferior)
Hacer el camino de aprendizaje de la mano de otras personas y bajo unas directrices es de una gran utilidad. No obstante, hay personas que prefieren reflexionar personalmente y diseñar sus propias medidas. Si es tu caso te comparto aquí información de ACTITUDES TÓXICAS, un libro que aporta esas mismas estrategias y herramientas prácticas para afrontar las personas y relaciones tóxicas.
De cualquier forma, a lo que sí te animo es a que observes tus relaciones con esta nueva mirada: ¿cuáles te nutren?, ¿cuáles te desgastan?, ¿en cuáles tú nutres? ¿y en cuáles tú desgastas?.
Está en nuestra mano hacer cambios para mantener relaciones más nutritivas en el trabajo y en la vida.